No cabe duda de que la tecnología cada vez tiene un papel más importante en nuestra vida y que, de hecho, la condiciona cada vez más. Pensemos por ejemplo en cómo nos comunicamos, en cómo compramos, cómo pagamos o accedemos a servicios e incluso en cómo nos relacionamos: sería irreconocible e inimaginable para una persona de principios de los 90, antes de la explosión de Internet y los dispositivos móviles. Nuestra dependencia tecnológica es tal que no estamos tranquilos sin tener nuestro teléfono móvil cerca para cerciorarnos de estar conectados (y no perdernos ninguna notificación en tiempo real). Todo tiene que ser inmediato o no nos sirve. (más…)